21/02/2007 su partida
Emilio Rodrigué es uno de los miembros más destacados de la segunda generación de psicoanalistas argentinos. Entre 1948 y 1953 vivió en Londres, donde se relacionó con Melanie Klein y Wilfred Bion. Entre 1958 y 1962 estuvo en Massachussets (EE.UU.), donde trabajó con David Rapaport y Erik Erikson. En 1966 fue elegido presidente de la APA. A principios de los 70 formó parte del grupo Plataforma que, en profundo desacuerdo político con la APA y preocupado por la función social del psicoanálisis, terminó por escindirse de la asociación. En 1974 se exilió en Brasil, exactamente en Bahía, donde vivió hasta sus últimos días.
Su infancia
Yo fui un niño socrático silencioso, puro, esos chicos maravillosos, un poco siniestros, diferente de los demás chicos".
"Nací en 1923, benjamín de una familia adinerada. Buen niño, alumno aplicado, cursaba segundo año de medicina cuando pensé seriamente en colgar el bisturí para criar ovejas en la Patagonia. Como mi madre no se escandalizó, perplejo, decidí no desistir. Mi padre fue figura importante en mi entrada al psicoanálisis: ateo, bon vivant, jugador de bridge de torneo, él era un maestro del ocio. Gran lector, pasaba las tardes en su escritorio leyendo la vida de los santos y la obra completa de Freud. "
Sobre el casamiento
"...esa bella institución imposible que está en la base de todos los lazos sociales con sus nudos borromeos y algunos moñitos tentadores. El casamiento, desafío titánico que tres veces encaré como paladín de la monogamia; mejor dicho, como campeón de la entrega total amorosa. Tengo que confesar que los momentos más felices de mi vida se dieron en plena danza nupcial, cual media naranja totalmente fusionada, bebiendo la miel crítica de azares, con el corazón leve y comprometido. La pareja es una guerra en tiempo de paz, y como va de contramano, puede ser paz en tiempo de guerra..."
La política y las drogas
Varios factores contribuyeron para el viraje donde perdí el saco y la corbata. En la macropolítica soplaba el viento renovador del Mayo Francés y del Cordobazo, ambos en 1968. Fueron los años de Woodstock, de la apertura sexual y de la marihuana: mi cuarta maestra.
–¿Qué le enseñó la cuarta maestra?–Me da lucidez. Me pongo inteligente. Me activa la red asociativa, me da una dimensión más profunda de las cosas.
"Considero que el inconsciente tiene política, ya que lo que mueve al inconsciente es el deseo y el deseo promueve una política. Y estaría de acuerdo en que la política tiene inconsciente, en el sentido de que las masas y los dirigentes políticos se mueven sin saber por qué. El porqué está en el inconsciente de cada uno y en su articulación al lazo social, aunque Freud no creía en la ideología, produjo efectos ideológicos, por ejemplo tirar abajo la moral victoriana."
Hasta siempre maestro.
2 comentarios:
Todavia recuerdo haber leído a los 16 años, "HEROINA", gran novela suya. Despues vi la película, en la cual trabajaba Graciela Borges... En ese momento, no me gustó mucho. Buen viaje maestro!
Bienvenido a Catanpeist Moya Bartola!!!
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