AGUJEROS NO TAN NEGROS

No pasó nada. Para decepción de agoreros y suicidas, la puesta en marcha del LHC (Large Hadron Collider) o Gran Colisionador de Hadrones no supuso la formación de ningún agujero negro capaz de devorar el planeta en cuestión de segundos, tal y como habían pronosticado algunos científicos catastrofistas. Incluso habían interpuesto dos demandas judiciales para impedir que el experimento, que hoy dio comienzo en el subsuelo suizo, se llevara a cabo, pero ninguna de estas demandas prosperaron.

Uno de los fines de este experimento es la búsqueda de la llamada Partícula-Dios o Bosón de Higgs. Para ello crearon el LHC, que es el acelerador de partículas más grande construido hasta la fecha, en el cual pretenden reproducir las condiciones físicas que dieron origen al Big Bang y, en consecuencia, a todo el universo. Juegan a ser Dios y, sinceramente, espero que si lo logran les salga mejor que al incompetente de la larga barba blanca.

Estos días pasados, al menos aquí en España, los medios de comunicación se dedicaron a informar del hecho de diversas maneras. Mientras los más sensacionalistas se hacían eco de las predicciones más negras acerca de nuestro futuro planetario, invocando el Juicio Final, otros se lo tomaban con sabio cachondeo e incredulidad. Total, la gran mayoría de nosotros no tenemos mucha idea de los principios de la física cuántica, excepto los militantes de la New Age que creen haber descubierto en ella la confirmación científica de sus delirios, aderezados con palabras de Paulo Coelho.

Tanto miedo nos quisieron meter estos días con los agujeros negros devoradores de planetas que comienzo a sospechar. ¿No lo deben haber hecho para que nos olvidemos que ya nos está digiriendo un gran agujero blanco? El gran agujero WASP que también reposa su poder en los subterráneos de Suiza.