sábado, 18 de octubre de 2008

SEVEN

En él, la lujuria es consecuencia de una ausencia por desentrañar.

Su gula lo condena a mirar El Alimento sin dientes que lo puedan alcanzar.

La ira no la desata contra nadie, no la nombra, cree que es tristeza.

Su avaricia no le rompe el saco con monedas, lo lleva a desear sólo para sí, lo que nunca tendrá dueño.

En contra le juega la soberbia, en lucha encarnizada con su modestia.

Envidia ese lugar, aún vacío, que lo espera con la forma de su cuerpo.

Pero sobre todo se entrega a la pereza, a la de esperar el día de ocupar el sitio que envidia, sin modestia, sintiéndose amo y señor de los deseos, desatando tormentas sin tristezas, devorando las manzanas, bebiendo insaciable de su sidra, vaciando su calor en ella, en su presencia.


2 comentarios:

Rob Rufino dijo...

Cholo, sos un hijo de puta.

Abrazo.

cholo dijo...

eeeehhhh!! No me digas eso en el dia de la madre.
Salute