Aca vemos a los dos sonrientes, ¿se acordarán de Kosteki y Santillán?
Según el periodista Enrique Vázquez, Juanjo Álvarez fue abogado del "Nabo" Barreiro, el capitán del Ejército cuya incomparencia ante el tribunal que juzgaba los crímenes de la dictadura activó la secuencia de eventos que terminaría con la promulgación de la ley de obediencia debida. Vázquez le adjudica haber sacado al prófugo del cuartel donde estaba oculto en el baúl de su automovil. Dijo también que Álvarez llegó a la política de la mano del general Acdel Vilas, uno de los promotores de la triple A. En un programa de radio Nacional del domingo 23 de enero de 2005, Enrique Vázquez sostuvo que siendo concejal en el partido de Morón durante la intendencia de Rousselot, Álvarez apoyó la escandalosa adjudicación de la extensión de la red cloacal a una de las empresas del grupo Macri.
la Masacre de Avellaneda
El viernes 7 de junio, menos de tres semanas antes de los crímenes de Avellaneda del 26 de ese mes, Álvarez había anunciado que el gobierno “estaba decidido a impedir” las protestas que cortaran los accesos a la ciudad. Sobre el diálogo que aquel día el funcionario mantuvo con la prensa, informó la Agencia DyN: “Cuando se le preguntó si el gobierno actuaría con mano dura para controlar los piquetes, Álvarez sostuvo que no se trata de ‘dureza o blandura, sino de una decisión política. A la Ciudad no se la puede bloquear’, y sostuvo que ‘habrá operativos conjuntos de las fuerzas de seguridad para hacer frente a este tema”.
Durante la trágica jornada, Álvarez dirigió el operativo desde su oficina, en permanente comunicación con los Jefes de la Policía Federal. Bajo sus órdenes se habían impedido, aquella misma mañana otros tres bloqueos de Puentes, y sólo faltaba evitar “a cualquier costo” el corte del Puente Pueyrredón.
El 26 de junio de 2002, más de 40 personas fueron heridas con munición de guerra en Avellaneda; allí eran asesinados Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Juan José Álvarez, desde que había asumido el cargo de secretario de Seguridad en diciembre de 2001, había impulsado el accionar conjunto de las cuatro fuerzas de represión interior, que bajo su coordinación se puso en marcha el 26 de junio.
Inmediatamente después de los asesinatos, y hasta que se conocieron públicamente las fotografías que incriminaban a la Policía, Álvarez se convirtió en vocero oficial. “Los que manifestaron son otros (respecto a los cortes anteriores). Esta vez lo han hecho de una manera absolutamente violenta e irracional. Hubo personas dentro de la manifestación que pedían el auxilio de las fuerzas policiales porque veían correr peligro su propia integridad”, sostuvo ante micrófonos, grabadores y cámaras de televisión. Durante esa conferencia y en los días siguientes, Álvarez insistió en mencionar —cada vez que pudo— la existencia de armas de fuego entre los manifestantes. No le importó que la policía no hubiera secuestrado ni una sola a pesar de las 160 detenciones y ningún efectivo hubiera sido herido por los disparos. “Se han visto agresiones con una honda, con escopetas, armas y bombas molotov”, dijo.
Las fotos obtenidas por reporteros, dieron por tierra las versiones del gobierno de Duhalde, y las investigaciones de los mismos desocupados pudieron comprobar que tanto los muertos, como los heridos de la masacre, fueron víctimas de las balas de plomo utilizadas por las cuatro fuerzas —Prefectura, Gendarmería, Policía Federal y policía Bonaerense— que formaron parte del operativo conjunto ideado y dirigido por la Secretaria de Inteligencia del Estado (SIDE) y por Juan José Álvarez.
¿Y Felipe, quien es el autoritario?
Foto Solá y amigotes:
http://javierromeroblog.blogspot.com/2008/11/piedra-libre-para-el-hombre-que-est.html
Fuentes:
http://revista-zoom.com.ar/
http://www.prensadefrente.org/
la Masacre de Avellaneda
El viernes 7 de junio, menos de tres semanas antes de los crímenes de Avellaneda del 26 de ese mes, Álvarez había anunciado que el gobierno “estaba decidido a impedir” las protestas que cortaran los accesos a la ciudad. Sobre el diálogo que aquel día el funcionario mantuvo con la prensa, informó la Agencia DyN: “Cuando se le preguntó si el gobierno actuaría con mano dura para controlar los piquetes, Álvarez sostuvo que no se trata de ‘dureza o blandura, sino de una decisión política. A la Ciudad no se la puede bloquear’, y sostuvo que ‘habrá operativos conjuntos de las fuerzas de seguridad para hacer frente a este tema”.
Durante la trágica jornada, Álvarez dirigió el operativo desde su oficina, en permanente comunicación con los Jefes de la Policía Federal. Bajo sus órdenes se habían impedido, aquella misma mañana otros tres bloqueos de Puentes, y sólo faltaba evitar “a cualquier costo” el corte del Puente Pueyrredón.
El 26 de junio de 2002, más de 40 personas fueron heridas con munición de guerra en Avellaneda; allí eran asesinados Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Juan José Álvarez, desde que había asumido el cargo de secretario de Seguridad en diciembre de 2001, había impulsado el accionar conjunto de las cuatro fuerzas de represión interior, que bajo su coordinación se puso en marcha el 26 de junio.
Inmediatamente después de los asesinatos, y hasta que se conocieron públicamente las fotografías que incriminaban a la Policía, Álvarez se convirtió en vocero oficial. “Los que manifestaron son otros (respecto a los cortes anteriores). Esta vez lo han hecho de una manera absolutamente violenta e irracional. Hubo personas dentro de la manifestación que pedían el auxilio de las fuerzas policiales porque veían correr peligro su propia integridad”, sostuvo ante micrófonos, grabadores y cámaras de televisión. Durante esa conferencia y en los días siguientes, Álvarez insistió en mencionar —cada vez que pudo— la existencia de armas de fuego entre los manifestantes. No le importó que la policía no hubiera secuestrado ni una sola a pesar de las 160 detenciones y ningún efectivo hubiera sido herido por los disparos. “Se han visto agresiones con una honda, con escopetas, armas y bombas molotov”, dijo.
Las fotos obtenidas por reporteros, dieron por tierra las versiones del gobierno de Duhalde, y las investigaciones de los mismos desocupados pudieron comprobar que tanto los muertos, como los heridos de la masacre, fueron víctimas de las balas de plomo utilizadas por las cuatro fuerzas —Prefectura, Gendarmería, Policía Federal y policía Bonaerense— que formaron parte del operativo conjunto ideado y dirigido por la Secretaria de Inteligencia del Estado (SIDE) y por Juan José Álvarez.
¿Y Felipe, quien es el autoritario?
Foto Solá y amigotes:
http://javierromeroblog.blogspot.com/2008/11/piedra-libre-para-el-hombre-que-est.html
Fuentes:
http://revista-zoom.com.ar/
http://www.prensadefrente.org/
3 comentarios:
Al fin Sin Dioses!!! Coincido en este caso con Ud.!!!!!
Solá, Cobos, Lavagna, y todos los que en su momento dieron el portazo y se fueron del kirchnerismo, no lo hicieron por una cuestión ética, ni porque les diera asco la manera en que el Gobierno está choreando.
Lo hicieron simplemente por una cuestión de conveniencia y, por tanto, merecen mi absoluto desprecio.
Para mí, el que tuvo estómago para acompañar (aunque sea 5 minutos) a los Kirchner, seguirá siendo kirchnerista para siempre.
MAriano para mi es lo contrario mira vos, no comparto en nada con vos, Hay gente que no podria votar nunca, ej Juanjo Alvarez (asesino en las huestes de tu votado - forma parte del Peronismo Pro) por sino te enteraste, otro de los que jamas votare por mas que venga con moño y todo es Reutemann, gran inundador, asesino del pocho Lepratti.
Si queres podes hacer un seguimiento de lo que pienso de Reutemann haciendo una busqueda en el blog, cortare voleta o votare en blanco pero se a quien voto. Vos no.
Sin dioses, dos cosas:
Cuando le hice una entrevista a Juanjo para revista Veintitrés hace unos años (acababa de asumir en el gobierno de Anibal Cromañon Ibarra) y la pregunté por su responsabilidad en la muerte de Kosteki y Santillán se puso furioso, golpeó el escritorio y me dijo que el asesinato había ocurrido en la provincia de Buenos Aires y el disparo lo había hecho un oficial de la bonaerense.
-¿Por qué no le preguntás a Felipe?- me respondió antes de dar por terminada la entrevista.
Ahora vuelven a estar todos juntitos.
Que lindo es que la gente se quiera.
Un abrazo,
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