martes, 3 de febrero de 2009

El FMI de Obama



El imperio está utilizando la buena imagen de Obama para recuperar el poderío perdido por el desmanejo económico de la administración Bush.

Uno de sus empleados locales, Martín Kanenguiser, escribe hoy su Ilusión de volver al FMI poniéndose en línea con la nueva política americana: EL FMI DE OBAMA NO ES EL MISMO AL DE BUSH (o, para ser más genérico, ahora con Obama EEUU es dulce y generoso).

Cabe preguntarnos lo siguiente:
  • Pedirá el FMI de Obama que privaticemos o dejará que estaticemos empresas vitales para nuestros propios intereses como hacen los países centrales?
  • Nos obligarán a abrir mercados para recibir sus productos o nos dejará proteger nuestras empresas y puestos de trabajo como están haciendo los miembros del G8?
  • Entenderá nuestra gente que con las auditorías del Fondo no hay soberanía política, y que sin soberanía política es imposible construir nuestro propio destino?
Mientras un país se desangra, como sucedió aquí en el 2001, hay cuervos que se relamen. Estar en desacuerdo con los K, señores opositores, no nos debe llevar de vuelta a los 90´s como pretenden quienes se ilusionan con una Argentina colonial.


8 comentarios:

@PaloMedrano dijo...

Rob, sinceramente no entiendo lo que dice, ya que los Kirchner fueron también participes del rifamiento de YPF en los 90, con lo que hablar de kirchnerismo y noventas como cosas distintas, es incorrecto. Apenas han sido dos momentos del peronismo, ese camaleón siempre listo para leer los momentos del mundo, y subirse a los barcos que más le convengan.

En cualquier caso, y en relación a los desafíos que enfrenta el mundo a raíz de la actual crisis, le dejo un interesante artículo de Enrique Szewach. Lo transcribo completo (no se enoje) porque el link requiere contraseña y no podrá abrirlo de otro modo:

DAVOS

Desde que el World Economic Forum se reúne en la aldea suiza de Davos, a principios de los 90, el PBI mundial ha crecido un 170%. El de los países del G7 un 114%; el de las economías industrializadas de Asia un 230%. El de las economías del Asia en desarrollo un 412%; el del Africa Sub Sahara un 156% y el de América Latina un 143%.

En términos per cápita, el crecimiento más espectacular correspondió al Asia incorporada al capitalismo y la globalización, 305%, mientras que en las regiones menos globalizadas y con más estatismo, como América Latina, el PBI per cápita creció, apenas, un 87%. Todos estos números, obviamente, en moneda constante y comparable. (Paridad de poder adquisitivo).

Cualquier extraterrestre, que supiera algo de estadísticas y de economía, confrontado con estos datos, no podría entender porqué, con una perfomance semejante de la globalización, la innovación financiera, la apertura comercial y el predominio de los incentivos de mercado, los asistentes a esta edición del Foro, no dejan de maldecir e insultar en todos los idiomas que representan, y no dejan de lamentar los efectos perversos del capitalismo salvaje. Es más, no paran de hablar, sin saber muy bien a qué se refieren, de la necesidad de refundar el capitalismo.

Mucho menos entendería como el fracaso más grande del siglo XX, en materia política, social y económica, el estatismo centralizado y dirigista de derechas e izquierdas, es hoy añorado y hasta sugerido como la solución del siglo XXI. Y tampoco entendería que hayan sido Vladimir Puttin y Toni Blair, en sus intervenciones quienes defendieran con más énfasis, al capitalismo y al mercado, frente a los cantos de sirena de los detractores del período de progreso más importante en mucho tiempo y el más equitativo, en términos regionales, dado que crecieron, relativamente, mucho más los países globalizados más pobres, que los países desarrollados.

Pero hoy las burbujas de los precios de los activos inmobiliarios, financieros, de los commodities han explotado, y muchos de los admirados héroes de la economía de estos años, se han transformado, a la velocidad de Internet, en villanos despreciables y en chivos expiatorios de la codicia de los ahorristas y del despilfarro de los políticos, que soñaban con un mundo feliz en dónde los precios de los activos siempre suben, en dónde uno se puede endeudar y gastar sin medida. Y en dónde no hay límites al gasto.

Obviamente, lo antedicho no implica desconocer que estamos ante la crisis global más grave desde los años 30 del siglo pasado, ni que serán necesarias reformas de fondo en el sistema financiero internacional.

Que estamos ante el fin de una era y que muchos “vivillos de la abundancia” deberían recibir su castigo. Pero, insisto, revisando los datos, queda claro que no nos encontramos, precisamente, ante el fracaso del capitalismo y el mercado, sino, de alguna manera, ante el fracaso de la “fantasía de mercado” antes descripta y de las políticas y los liderazgos construidos en torno a esa utopía. Y que no es moviendo el péndulo hacia el estatismo, el exceso de regulaciones y controles, el gasto público y un nuevo despilfarro de recursos, que solucionaremos los problemas. La utopía de mercado, no se soluciona reponiendo la utopía del Estado.

Churchill decía que los generales iban a la nueva guerra con las tácticas y estrategias que corregían los errores de la guerra anterior.

Después de la necesaria catarsis, los gritos y los lamentos de la reunión de Davos, quizás lo que queda más explícito es este problema. Los gobiernos, los economistas, los analistas, estamos proponiendo, como solución a esta crisis modelo siglo XXI, los instrumentos que corrigen los errores cometidos en el intento por solucionar la crisis del 30 o la crisis japonesa de los 90. ¿Pero servirán estos instrumentos, o estamos frente al mismo tipo de error que mencionaba Sir Winston?.

Y si estas soluciones no tienen el rápido efecto esperado, lo que el mundo va a necesitar en los próximos meses, (¿Años?), más que refundar el capitalismo, es refundar liderazgos capaces de encarrilar a las sociedades dentro del capitalismo “real”. Capaces de separar la paja del trigo de los problemas. Capaces de evitar la tentación de las soluciones fáciles de corto plazo, a riesgo de comprometer seriamente la perspectiva de largo. Capaces de rescatar todo lo bueno de la globalización y la apertura comercial. Capaces de ceñirse a un plan de acción coherente, de bancarse los costos y de corregir sobre la marcha los errores.

Capaces, en síntesis, de evitar el “mal de los liderazgos argentinos” de las últimas décadas.

Allí estará la clave de la solución para esta crisis.

Lograr este tipo de liderazgos fundacionales es posible, pero el riesgo de no conseguirlos no es menor.

En el próximo Davos, empezaremos a comprobarlo.

--

Anónimo dijo...

Que Kanenguiser se de una vuelta por Islandia.

@PaloMedrano dijo...

Los Kirchner quisieron manejar el tipo de cambio “competitivo” y acabaron con inflación y un tipo de cambio igual al del 2001. Procuraron que las tarifas de los servicios públicos fueran –al mejor estilo populista– artificialmente baratas y desembocaron en un tarifazo. Pretendieron reinventar la teoría de “vivir con lo nuestro”, rebautizándola “desacople de los precios del mundo”, y terminaron chocando contra la realidad de la economía mundial, sin poder exportar. Intentaron que la carne y los lácteos fueran bienes artificialmente baratos y, hoy, ambas industrias están destruidas, la carne está cara y su calidad es de terror. El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, trató de controlar los precios, pero ahora la gente no sabe cómo llegar a fin de mes por la inflación (que si bien algo cedió por la recesión y la fuga de capitales, sigue siendo alta para un país que entró en recesión). Quisieron dibujar el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y Hugo Moyano, un aliado incondicional del gobierno (mientras haya caja), dice que los acuerdos de salarios no se van a hacer con el IPC del INDEC sino con el que perciben las amas de casas en los supermercados. Pretendieron esquilmar a la población con impuestos salvajes para tener caja y controlar el poder y terminaron con un déficit fiscal que ya empieza a hacer dudar a los antiguos “besamanos” sobre la conveniencia de mantenerse junto a los Kirchner. Quisieron hacerse los duros en la negociación de la deuda pública y hace rato que son unos parias en el mercado crediticio porque nadie les presta un dólar. El listado podría seguir.

Artículo completo: Cuando el canje de calefones pretende sustituir a las instituciones

El anónimo dijo...

Que miedo que tengo Palotes... que miedo. ¿Saco pasajes a Islandia? ¿Compro acciones de los paises serios a los que estos economistas tan afines?

Anónimo dijo...

Como estamos con Islandia! Palotes, es cierto que se va para allá? Me lo saluda a Sportacus?

@PaloMedrano dijo...

Noooo!!! A Uds. les parece que me puedo ir a Islandia justo ahora?! Acaso quieren que me ausente justo cuando los Kirchner están a punto de entrar en su debacle final?! Ni lo sueñen!!! El especáculo que se viene en marzo quiero verlo en vivo y en directo!! Compraré abundante pochoclo y me prenderé día y noche a TN!!!

PD: Si no me equivoco, Sportacus es de Noruega.

El anónimo dijo...

No Joda Palotes si para usted TN debe ser comunista, me contaron que usted escucho dos veces nombraron la palabra estado y entro en convulsiones.

Le recomiendo un canal que se llama Chicago Boys TV, esta en el canal 2342 de la Red "Empomando trabajadores"

Anónimo dijo...

Y dale con Menem...

Los K dejaron de estar con Menem en el '95, ¿o hay que recordar que Carrió estuvo con los milicos y Macri también siguió a Carlitos a muerte? Repito, ¿a quien votan ustedes? digo, para poder cuerearlos como ustedes nos cuerean, es fácil y gratis ser opositor anónimo.