miércoles, 18 de febrero de 2009

El Lole y sus enfermedades en tiempo de definiciones


Una vez más, el máximo responsable del asesinato del ángel de la bicicleta, tiene que tomar una decisión difícil y su salud le vuelve a jugar una mala pasada.

A horas de renunciar al bloque del FPV de la Cámara de Senadores, el ex piloto debió ser internado en un sanatorio de Rosario para ser intervenido quirúrgicamente.

Pero esta no es la primera vez que su salud le juega una mala pasada en tiempo de definiciones políticas. Ya en el 2001, en momentos que se especulaba con una posible candidatura presidencial el Lole debió ser operado de sus cervicales.

Se imaginan que pasaría si este señor llega a la Presidencia de la Nación y recibe un apriete como los que nos tenía acostumbrado el FMI????

6 comentarios:

Sergio De Piero dijo...

Mire, podría ser una especia del Avellaneda del siglo XXI. Nicolás por cagaso a la fiebre amarilla trasladó la sede de gobierno, si no me equivoco, a Belgrano, porque le brote era fuerte en San Telmo. Por que no Lole tener su despacho en la Clínica Trinidad o alguna otra bien cheta?
Salutti

El anónimo dijo...

Avallay el lugar donde esta internado el lole-chone la puede ubicar en la web en http://www.icronline.com/
Pertenece al grupo Oroño, que tienen el monopolio de la salud privada en Rosario.

Anónimo dijo...

Hoy salió aenfrentar las cámaras y los micrófonos el mismísimo Dr. Roberto Villavicencio, dueño del Grupo Oroño y verdadero mercenario de la salud. Debe hacer 20 años que no toca un estetoscopio...

El anónimo dijo...

Tagarna lo conozco bien, mantienen una fundacion con aportes del socialismo (?) de Binner en frente del hospital de niños. Les hice un laburo hace tiempo. El Dr Villavicencio, es mas un contador que un medico, viendo como se reparten los dineros públicos.

Anónimo dijo...

Avallay, el que salió cagando de Buenos Aires por la fiebre amarilla fué Sarmiento, razón por la que en esa época le tiraron palos de todos lados, merecidamente creo.

Anónimo dijo...

Muy bueno Hal. Nunca pense que iba a decirlo.