sábado, 28 de febrero de 2009

PERSEPOLIS


Cae el régimen del Sha y él se acomoda en el sillón, ella está estirada sobre el parquet.Se instaura la república islamista pero no parece ser el sueño por el que mucha gente luchó toda su vida,entre ellos los padres de Marjane. Él enciende un cigarrillo,lo sostiene con su mano izquierda y deja resbalar la derecha hacia el suelo,donde está ella. La larga guerra contra Irak y la extrema rigidez del régimen fundamentalista llevan a los padres de Marjane a tomar una dura decisión, enviar a su hija adolescente a estudiar a Austria mientras él desliza suavemente su mano sobre el vientre de ella que sonríe. Marjane se siente extraña viviendo en un país tan distinto al suyo, allí conoce el amor, el dolor, la soledad,el hastío. Pero no es su sitio y él,que tampoco está en su sitio,se siente como si estuviera. Su mano ya acaricia esos pechos,juega un poco con ellos y luego baja otra vez hasta el vientre pero no se detiene allí. Sigue bajando,muy despacio, y ella se revuelve un poco en el piso. En Austria los inviernos son muy duros y la gente no es como en Rasht o Teherán y él insiste con su mano sobre las costuras de un short vaquero,uno o dos dedos que suben y bajan, que presionan un poco, que apartan la tela de vez en cuando y rozan la fiera Belleza de un cactus. Marjane no aguanta más y decide volver a su tierra. No quiere que le pregunten nada y él,que se tiene que ir,tampoco quiere que le pregunten, solo quiere seguir ahí,mientras sus dedos se hunden en ese mar cálido y acogedor, donde nadan como peces incapaces de detenerse, peces de sed infinita, y ella gime y tensa sus piernas como un arco provocado por las flechas. Marjane sigue con su vida en Irán y la película llega a su fin pero allí,delante de la pantalla, comienza la acción.

1 comentario:

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Duro comienzo para una chica y criada en una cultura muy diferente. El Shá fue cambiado por los Ayatolas, al final parece que la medicina fue peor que la enfermedad.

El choque de culturas no puede dejarse pasar de lado, y como hija prodiga, regrese a su tierra, después de vivir intensamente en el occidente que a veces no deja nada a la imaginación.
Saludos