martes, 27 de octubre de 2009

El hombre que dijo que No

Él lo tenía todo para llevarse los laureles. Pero dijo simplemente No.

Hubiese ocupado el puesto de capitán de la selección, que ocupó Passarella, pero él, simplemente dijo no.

Corría el año 1978, el hombre de extracción peronista, conocido como el Lobo, dijo que sentía que se violaban sus "íntimas convicciones" si participaba del Mundial 78.

“En mi escala de valores, un Mundial no era lo más trascendente. Puede que lo sea para la gran mayoría, pero creo que hay cosas más importantes como, por ejemplo, la vida humana”

Muchos se hicieron los distraídos de lo que hablaba, muchos otros lo sabían.

Supo vestir las camisetas de Rosario Central, Huracán y de Banfield.

"Todos me recuerdan por mi personalidad y sentido colectivo. Es lo mejor que se puede decir de mí: haber sido un buen jugador de equipo", dijo en un momento.

Hoy vive en Adrogué, maneja en Burzaco una simple agencia de seguros.

Paradojas de la vida: La gran diferencia entre un hombre íntegro que dijo que no, y alguien que hoy se erige como reserva moral de la patria y que en su momento dio su cuerpo, alma y espíritu en la justicia chaqueña para que la barbarie del proceso sea posible.

11 comentarios:

walter besuzzo dijo...

Yo vi a ese hombre con un bolsito viajar de constitucion a Banfield en el Roca que todavia no era electrico,eso fue apenas cuando tenia mi uniforme secundario y siempre admire a ese hombre que marcaba al 7 de Independiente fuera Bernao o Balbuena
el dijo no menotti dijo si

Nando Bonatto dijo...

ese Mundial que ensucio al futbol
con la "goleada a Peru"ese mundial de los dedos levantados de Videla y el Menotti repugnante
Ese Mundial de la pelicula en que Sergio Renan vendio el alma
ese mundial,yo futbolero fanatico
no lo considero como tal
Argentina para mi gano uno solo
el del 86

Anónimo dijo...

No sé por que, pero tengo la sensación de que siempre pasa lo mismo. De veinte tipos uno sólo dice "¿soy el único boludo que no está de acuerdo con ésto?".
Si no es la dictadura, es la UCEP.
Salutes.

Anónimo dijo...

Que buen post. que bueno traer estos recuerdos.
La verdad, muy bueno.

Abrazo.

Casta Diva dijo...

Es difícil encontrar información de Carrascosa en Internet. Tampoco aparece mucho Juan José López, el otro que dijo no.
Ningún periodista deportivo se ocupó de recordar estos NO. Salvo en algún libro que se llamó "Menotti. Director técnico del Proceso".

Comandante_Papafrita dijo...

Yo banco al Flaco Menotti, la derecha en el futbol esta representada por Bilardo. Para notarlo solo hace falta escuchar como trata el establishment periodistico a uno y a otro. Y a Menotti no lo matan solo por no dar reportajes como a Bielsa o Bianchi, sino por cuestiones mas profundas.

walter besuzzo dijo...

Comandante hay pilas de revistas donde Menotti explica su filosofia durante el proceso

Nando Bonatto dijo...

Papa Frita,si tenes ganas de masoquearte ,consegui la pelicula de Renan La Fiesta de Todos y ahi ,Menotti ,el propio Renan que filmo ese libelo,y demas comparsas muestran clarisimo el rol pro Videla que jugo el miserable de Menotti.
¿como tecnico de futbol y chamuyo?
puede ser el campeon,pero eso de
izquierda y derecha en el futbol de acuerdo a como parar un equipo en la cancha no hay
lo concreto es que Menotti jugo un rol explicito como propagandista de la dictadura y esta plasmada en dialogos difundidos por la prensa radial y televisiva.
Lo demas es puro cuento

PIPO LANAR dijo...

Tuve oportunidad de preguntarle personalmente al Pato Fillol acerca de lo que significò el mundial 78 y me contestò, muy pero muy amable, que ellos defendian la camiseta, estè quien estè. Y que algunos no sabian realmente lo que pasaba.
Y por otro lado, gente cercana a Menotti, me comentò que el peleò desde adentro, desde donde podia. Recordemos que el Flaco era simpatizante comunista.
Muy bueno el programa.

El Tucu dijo...

Siempre me pregunté si pecó de humilde o sufrió el ningundeo del sistema. No sabía lo del negro Lopez que tira Casta.

Eva Row dijo...

Es muy emocionante el post; hay que homenajear a este hombre, resltarlo y ponerlo en el sitial de héroe verdadero.

El pone en "off side" al resto de los jugadores y también al resto de la población que siguió viviendo como si nada pasara.

¿Pero podíamos todos hacer lo mismo que él? No todos, aunque algunos sí.

¿Fuimos todos igual de indiferentes? No todos, algunos temblábamos rogando no estar en la libreta de teléfonos de un compañero de facultad detenido, aunque no hubiéramos pertenecido a organizaciones armadas. Se sabía que se llevaban a cualquiera. Algunos concurríamos a manifestaciones callejeras convocadas en forma clandestina, cada vez más peligrosas. Hacíamos manifestaciones repentinas en un lugar concurrido, convenido en secreto, nos juntábamos tirábamos volantes con las denuncias, y nos dispersábamos rápido para que no agarren a nadie. Eso también era jugarse. Si agarraban a alguno estaba frito.

Éramos muchos los que no podíamos hacer nada. Hoy, nos imaginamos que algo así sacaría a la gente en masa a la calle. En ese tiempo era impensable.

¿Fuimos todos igual de responsables? NO
Hay responsabilidades puntuales de personas públicas que al hacer silencio optaron por el colaboracionismo.

No llama la atención la actitud de los futbolistas que jugaron. El fútbol no le pertenecía a los militares sino a la Argentina. La Argentina es una construcción eterna y los militares iban a irse algún día del gobierno. Se cuenta que algunos detenidos siguieron el Mundial. Mientras estuvieron vivos sentirían esperanza de salir, y sentirían suyo con todo derecho al Mundial.

Llama la atención hasta el delirio, la actitud del Poder Judicial, que se jacta de ser independiente pero colaboró voluntariamente en la Masacre no contestando los Hábeas Corpus. Ellos sabian y avalaron.

La actitud de la Iglesia oficial, la de los periodistas, la de los periódicos, la de los artistas colaboracionistas como Palito Ortega con su "Yo tengo Fé que todo cambiará, yo creo en el amor".

Gran parte de la población estaba de acuerdo con lo que aparecía como "la lucha antisubersiva" aunque algunos no supieran bien en qué consistía, pero lo hubieran aprobado de saberlo. "En este país hay que matar a unos cuantos" era un frase muy repetida por décadas.

Otros no sabían qué estaba pasando porque no estaban en círculos políticos y el colaboracionismo de los medios se encargó de que no supieran.

Este hombre se arruinó la carrera, sabiendo que era una actitud solitaria que no iba a cambiar las cosas. Eso es lo grande.