martes, 10 de noviembre de 2009

Cafrune, la vida por Perón y el papá suboficial.

Eramos chicas nosotras y ellos también. Mi padre era suboficial del Ejército, peronista, de aquéllos que escuchaban "la Marcha" a escondidas y gritaba ¡"la vida por Perón"!

Eramos chicas y ellos también. Mi viejo era músico, de la Banda de Músicos, quiero decir. El cuartel quedaba cerca del Calvú Lleovú, arroyo Azul en lengua indígena. Y la mayoría de las familias de los alrededores éramos "familias del Ejército".

Eramos chicas y ellos también. Mi viejo suboficial. El padre de ellos teniente primero. Siempre se criticó la actitud despreciativa de éstos hacia "los zumbos". Y mi viejo era zumbo. Sin embargo,nos habímos hecho muy amigos. Porque nosotras éramos chicas y los pibes, sus hijos, también lo eran.

La madre era jujeña. Rubia,flaca,fumaba mucho. Se había hecho muy amiga de mi vieja. Por las tardes tomaban mates mientras nosotros nos divertíamos jugando. Los pibes eran una tromba y nosotras nos sumábamos.

El teniente primero era un tipo sencillo, divertido.Se gastaban bromas con mi padre. Contaban anécdotas de sus pagos jujeños, mis viejos del Nordeste. Ellos querían mucho a Jorge Cafrune. Ese que que nosotros escuchábamos en el Winco. Como pibas que éramos,nos gustaba más Elvis, Teen Tops. Pero la voz del folclorista era imposible de ser soslayada.

Mi hermana mayor y yo éramos más grandes,con varios años de diferencia con "la azuleña". Más próxima a unode los pibes, aguantaba las "cargadas" de que "era su novia". Y así se estableció una muy linda relación entre las dos familias.

Mas, como los militares eran una suerte de "gitanos transhumantes" -y, "off the record", no debían hacerse "muy amigos de los Altos Jefes" de los Batallones, so pena de ser "sospechados" de conspirativos en contra del dictador de turno-, la familia del teniente primero se fue, con gran tristeza para ellos y nosotros. Hubieron cartas. Creo que el nacimiento de una pequeña....
Y los años pasaron. Y nosotros también partimos hacia otro destino. Un buen día mi padre comenta que estaba en Santa Fe, "con un cargo o algo así. No sé si con la familia pero me gustaría saludarlo".

Desde mi mirada, ya de estudiante universitaria y apenas comenzada la última dictadura, la balanza de mis sentimientos se debatía entre los divertidos momentos de chiquilines y la época siniestra que se "inauguraba". Realidad inocultable, terror palpable a cada momento.¿Y qué de su cargo?

Mi viejo, afortunadamente ya retirado, añoraba a Perón en su eterno lirismo. Y esto no le gustaba.

Los asesinatos, las desapariciones -muy "solapadas" todavía para "el gran público"- eran el penoso "pan nuestro de cada día". Era la "subversión". ¿Cuál, nos preguntábamos muchos en voz baja?¿La que viola sistemáticamente la Constitución Nacional desde 1930..? Al recordado "Turco" Cafrune lo asesinaron,inventando un accidente.

Sí,sí: con similar "estilo" que con el "Pelado" Enrique Angelelli:
Pero el teniente primero - que ya tenía mayor rango- ocupaba un cargo. Y "por esas cosas de la vida", aún no estando lejos, mi viejo nunca lo visitó. Y la información retaceada se "desdibujaba" ¿sola?

Los años pasaron ¡vaya descubrimiento! Y con ellos el advenimiento de la democracia. Con levantamientos, fallas, inequidades...pero Democracia, a menudo con minúsculas, pero perfectible.
Mas, los asesinos siguieron caminando a nuestro lado como "vecinos bonachones". Juicios rengos, a velocidad de tortuga...Punto Final; Obediencia Debida...

Mi padre, abrazado a "la vida por Perón" falleció en 1987, víctima de un cáncer. Indultos y leyes antes mencionadas fueron derogadas para juzgar ahora a un puñado de carcamanes genocidas. Otros menos fosilizados aparecen "por cuentagotas". La mayoría sigue mimetizada cobardemente dentro de una sociedad que parece amnésica.

Sin embargo, los Juicios que se están llevando a cabo constituyen un hito y una prueba palmaria de que un lapso de nuestra Historia no se perdió en un agujero negro...
Mi viejo no puede ver estos juicios. Tampoco el teniente primero, a quien él apreciaba -en realidad apreciábamos- como su amigo. Ambos están muertos.

Pero es imprescindible recordar que también están ¿desaparecidos...muertos? Laura Susana Di Doménico y Mario Marini. Y que el responsable de esa atrocidad es-fue uno de los oficiales del Comando de Operaciones Tácticas (COT)de la ciudad de Santa Fe: el coronel Carlos Adalberto Rodríguez Carranza. Realmente penoso que los ¿parsimoniosos? jueces no lo hayan detenido y hoy no esté sentado junto a sus pares ex-represores. Porque está muerto. El coronel Carlos Adalberto Rodríguez Carranza. Aquél teniente primero afectuoso, amigo de mi padre,de mi familia...y del recordado Jorge Cafrune, asesinado por las hordas de las que él formó parte.

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