El caso del supuesto barrabrava de Central enfrentado con la policía era ya una mentira grande, de la que La Capital de Rosario, nos había informado. El abatido fue fusilado de un tiro en la cabeza. A la hora en que El Ciudadano todavía mantenía la versión, los policías del Comando Radioeléctrico ya llevaban varias horas detenidos y habían pasado a disponibilidad.
El supuesto barrabrava, Guillermo Ramírez, había denunciado ante la justicia dos casos por ilícitos cometidos por policías, el primero sobre la apropiación de elementos supuestamente robados, en la que un grupo de delincuentes con uniforme y sin orden judicial entraron en cuatro viviendas llevándose todo el dinero que encontraron a su paso, algo así como 10 mil pesos.
La causa estaba en manos del Juez Luis María Caterina que como siempre en la justicia santafesina (en la que Reutemann conserva todo el poder), dictó la falta de mérito a los malditos policías.
En una causa accesoria en otro juzgado, los policías habían sido procesados por robo calificado, pero la Sala I de la Cámara Penal revirtió la medida. Cabe acordarse de que esta misma Cámara fue la que ordenó la prescripción de la compra trucha de juguetes por el ex vicegobernador Vanrell. Entre otros logros de la cámara fue contemplativa con un marido golpeador que asesinó a su ex pareja, cambiando la carátula de homicidio simple a perintencional reduciendo el monto de la pena de 15 a 6 años de prisión.
Pero no era la primera vez que la bendita Cámara I actuaba con benevolencia ante los uniformes policiales, ya habían sobreseído a Laura Valeria Lovera una joven agente policial que fusiló a Claudio un pibe de barrio de 15 años, 47 kilos, sin antecedentes, sin armas a la que según la policía no pudo maniatar- en un caso por demás de tenebroso en donde la policía no pudo dar explicaciones sobre el cuerpo ocultado del pibe durante más de 3 horas, antes de que se decidieran llevarlo al Hospital de Emergencias. Claudio además de estudiar formaba parte del taller de serigrafía organizado por el Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos. El caso hoy se encuentra en la CIDH
Volviendo a Ramírez, la segunda denuncia partió de su familia, entre lo que es ya un clásico entre los clásicos policiales, la extorsión, involucrando a la policía de Roldán –donde ocurrieron los últimos hechos- en la cual la policía aprieta a alguen, solicitando dinero para no involucrarlos en un supuesto delito, pidiendo dinero a cambio. Por esta denuncia todavía están detenidos -hasta que algún juez nombrado por el ex gobernador los libere- la entonces subjefa de la comisaría de Roldán y un sumariante.
El denunciante, hoy es un fusilado. ¿No es para sentirse inseguros?
3 comentarios:
Sin Dioses
Después la derecha pide más policía para garantizar la seguridad, siendo como son parte importante del problema...
Saludos
Es sabido que los grandes desarmaderos son manejados por policias . O por gente amparada bajo el ala de la policia. Sólo que para los medios y para las sufridas amas de casa de palermo, o para el honrado caballero , los culpables siempres, siempre, son los pibes villeros. Es como pretender acabar con un cancer usando pervinox. loas peces gordos, colaboran con cáritas y llevan los chicos al colegio.
La corporación judicial es un grave problema.Su status quo es mantenido en equilibrio de presiones entre el nombramiento y la jubilación en tándem con favores de vista gorda versus principìos elementales.Todos saben algo de todos y ahí está la omertá.
Se percibe de lejos el chisporroteo menor para que salte lejos de la usina,habrá algún que otro caído pero el cuerpo sigue entero.Gatopardismo puro.
Innegable la acción de los medios de deformación de los hechos,tendenciosos hasta la mierda,mercenarios comecocos.
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