martes, 12 de julio de 2011

Medias Tomasito


Mi amigo rabino (Bergman) ha equivocado el camino. Es un hombre de buena voluntad que no miente ni hace trampas. Cree en lo que dice. O sea, no es un político. Lleva a cabo una tarea pastoral en un terreno que requiere otras dotes. Cuando lo sentaban a debatir con la oposición, los trataba como a feligreses. Faltaba que los esperara en las puertas del canal para saludarlos y bendecirlos. Quizás en la Legislatura pueda concretar algunos de sus deseos, que espero que no tengan que ver con la seguridad. No es de buen rabino sacarle trabajo a la Policía ni preocuparse por los motoqueros. Si él se ocupa de los bolsillos y de las carteras, ¿quien se ocupará de nuestra alma? ¿Ciro James?

Tomás Abraham, Profesor de Filosofía, Miembro del CEMUPRO de Binner, Hijo del Empresario Textil, en Perfil

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alguna otra data, a si te falto judio...