domingo, 27 de enero de 2008

Análisis: Policías en Acción

Siguiendo la moda impuesta por la TV americana de hacer programas de persecuciones policiales, la tele argentina emite, desde hace unos años, un programa llamado Policías en Acción que es nuestra versión de COPS.

La versión Argentina, de muy buena estética por cierto, posee menos persecuciones callejeras tan típicas de Hollywood y se centra más en mostrar las actuaciones policiales principalmente en los barrios más carenciados.

Es imposible obviar la diferencia entre los sonidos de la versión yanki y la argenta. Alaridos agudos y peleas por robos de gallinas son matizadas capítulo a capítulo por el omnipresente ladrido de los perros.





Pese a que muchas veces el programa refleja los hechos con una buena dosis de humor, no podemos dejar de subrayar el entorno durísimo en el cual viven una inmensa mayoría de los argentinos (y latinoamericanos) que viven en las grandes urbes. Dejo acá algunos comentarios al respecto:

El 70% de los llamados que recibe la policía se deben a violencia familiar o entre vecinos. O sea, la violencia y las tensiones surgen desde la célula básica del tejido social.

La violencia física es impulsada por los excesos de alcohol y drogas.

La gravedad de los hechos y la reacción de la gente llegan al climax cuando el victimario CARECE DE AMOR PROPIO. Es decir, cuando la persona que comete el acto delictivo no mide o no le interesan las consecuencias que sus actos tengan ya sea tanto en terceros como para si mismo.


Quizás este último punto es el que más desconcierta e impacta a la clase media y alta ya que no pueden entender, desde su estructura racional de pensamiento, como alguien puede asesinar en plena calle sin temor a ser atrapado. Es así como miran estupefactos a los niños o adolescentes que asesinan a una anciana para quitarle un anillo.


Pero como llegamos a esta situación?
Las crisis económicas y la ausencia del Estado en el control social ha generado una camada de Lisiados Mentales que han quedado fuera del Sistema. La desnutrición, el analfabetismo, la falta de planificación familiar, etc. han generado seres humanos que actúan solo por instinto, dañando muchas veces, su propia salud o la de los demás.

Para poder revertir esta realidad es necesario que, como sociedad, pensemos generosamente como incluir a estos seres humanos que han quedado fuera del sistema. Al darles educación y posibilidades de trabajo digno y productivo podremos hacerles sentir que también forman parte de esta sociedad.

La educación debe incluir necesariamente y a pesar de lo que diga la Iglesia Católica el uso de preservativos y anticonceptivos que les permitan disfrutar libre y responsablemente de su sexualidad.

Estoy convencido que cuanto más abierta, inclusiva y tolerante sea la sociedad menor será el
grado de violencia de quienes la componen. Si lo hacemos programas como Policías en Acción tendrán menos de que hablar.

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