domingo, 30 de marzo de 2008

Fontevecchia el poder de la palabra


Fontevecchia, el "periodista"; en pleno terrorismo de Estado, botoneaba a sus propios trabajadores llamándolos "agentes de la cuarta internacional" en solicitadas públicas. Repárese: en solicitadas públicas. En pleno terrorismo de Estado. Es decir, una invitación al exterminio de molestos delegados y activistas.

Hoy siguen negreando a sus periodistas en la Editorial Perfil y Jorge Fontevecchia sigue al comando de las políticas lesivas y dañinas para el personal, que lo único que reclama es trabajar y que se respeten la ley y sus derechos.

El progolpista y ahora “demócrata”, Jorge Fontevecchia, director del pasquín lobbysta Perfil, supera cada día más la capacidad de sorpresa, inclusive cuando uno ya pensaba haberlo visto todo de este personaje que naciera como editor de una revista golpista, apoyando a hombres como Videla, Massera, Bussi, y criminales de esa calaña.

Fontevecchia es un alto predicador de la libertad de prensa en esos círculos de think thanks estadounidenses que no hacen más que lanzar pronósticos equivocados sobre el desarrollo internacional.

Fontevecchia, que dice haber sido perseguido por la Dictadura, fue cómplice de los genocidas que asaltaron el poder el 24 de marzo de 1976.

“Por favor, no nos venga a hablar de campos de concertación, de matanzas clandestinas o de terror nocturno (…) Esta es una fecha clave para defender al Proceso”. Firma: Jorge Fontevecchia en la editorial de la revista La Semana, madre de Noticias, en la editorial de mayo de 1978, ante la inminencia del mundial y para contragolpear lo que llamaban entonces, la “campaña antiargentina” montada por organismos políticos y sociales denunciando a la represión.

“Carta abierta a un turista europeo”, es el título de la editorial de Fontevecchia. ¿Le suena a algo? Sí, no se equivoca, un año antes, se escribió la “Carta Abierta de un periodista a la Junta Militar”, pero la firmaba Rodolfo Walsh, horas antes de ser desaparecido. Pero claro, uno apoyaba a Massera, Walsh lo combatía.

La primera edición de La Semana, tiene el mismo formato cholulo de Noticias y muestra la foto de una mujer con el título “Esta es la novia de Vilas”. Debajo, puede verse un recuadro bien marcado, “Con Videla en Bolivia”, donde en el mismo helicóptero está el enviado de La Semana, tres décadas antes que Fontevecchia fundara el slogan “Periodismo Puro”.

Fontevecchia procura sacar chapa de perseguido por la Dictadura cuando fue detenido el 24 de marzo de 1983, cuando ya estaba pactado el llamado a elecciones. Lo persiguieron tanto, lo secuestraron de tal modo, que en apenas seis días le dieron un ducto hacia New York. Pobre, lo detuvo la dictadura de Bignone, y volvió siendo portada de su propia revista, recién….durante la dictadura de Bignone. ¿Habrá ingresado al país como miliciano para lanzar una contraofensiva contra la Dictadura?

“El día que quisieron asesinar a Videla”, tituló La Semana el 18 de febrero ante el intento de Montoneros de acabar con el Dictador, por el que hoy, toda la tilinguería pide la cabeza cuando entonces aprovechaba el “deme dos”. La Semana acompañó a Videla a cuanto país visitó, cubriendo la “agenda política” del responsable del máximo genocidio conocido en la Argentina.

Obvio, no iba a dejar de lado a Emilio Massera, a quien también acompañaban en sus viajes. Inclusive en un número dedicado a la muerte de Perón, se destaca en la portada “Reportaje a Massera en Madrid. Luego, cuando el marino cayera en “desgracia”, pasó a ser vocero de Viola, para luego ser el pasquín más acérrimo del “estamos ganando” durante la guerra de Malvinas, en apoyo a Galtieri. Fontevecchia no se perdía ni uno. Le tiraban un adoquín, y lo cabeceaba sin problemas de palomita.

Fontevecchia también calificó de “eficiente” al genocida Bussi, por su accionar en el “Operativo Independencia”, realizado en Tucumán. El artículo comenzaba con el dibujo de un soldado y con el título: “El Operativo Independencia: La Tumba Guerrillera”.

Fontevecchia no sólo defendía a la Dictadura. Atacaba a quienes no adherían completamente a ella. Hoy, según Noticias, el ex presidente estadounidense James Carter, es un ejemplo de estadista, de pureza anticorrupción y garantía de que cualquier proceso electoral que lo tenga como veedor, sea limpio. Pero, ¿qué pasó con aquel título “Carter, y el pecado de la intromisión”, por el pedido de explicaciones a la Dictadura sobre las denuncias internacionales sobre la sistemática violación a los Derechos Humanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy Bueno... después Lanata y Magdalena se jacta de escribir en medios independientes..Ja ja... Diario Perfil, que papelón ¿De que lado están?.
Excelente Rob.
Coco Alvarez