Lo maravilloso de la política y realidad argentina es que no deja lugar para una retórica de "institucionalidad" en quienes habían arriado esa consigna como bandera. Quienes se habían unido por el "espanto" frente a la falta de "institucionalidad" y "republicanismo" del gobierno se ven ahora en la contradicción de soportar e incluso apoyar prácticas indefendibles desde esas consignas en los grupos que se oponen al gobierno, esto tiene como resultado la desnudez de las posiciones y ahí donde se presentaban como "ciudadanos" neutrales o como simple e inocente "pueblo" solo quedan posiciones ideológicas muy mal disimuladas. Así quien esgrimía su horror frente a D´Elía y sus "blanquitos" hace la vista gorda de De Angeli y sus carabinas y escopetas, aquellos que abjuraban de los cortes "inconstitucionales" del De Angeli anti-Botnia, aman a los cortes "justos" del desabastecimiento, aquellos que se arrancan las vestiduras por el poco claro pasado de Moyano ni se mosquean frente al pasado de Miguens y de toda la Sociedad Rural. Cuando los maestros de Nequén hacen un piquete se preguntan una ambulancia atrapada en un piquete de pobres en Chaco se muere un paciente exigen la pena de muerte y la prisión, cuando en condiciones simétricas se muere otra persona por un piquete desabastecedor no solo no dicen nada sino que se preguntan si no será culpa de que la ambulancia no estaba dotada de quirófano. En fin, el juego es así: el horror cívico solo aparece frente al rival ideológico, cuando se trata del bando propio todo es perdonable. Por algo en el pasado Perón era un "tirano" brutal, pero los que mataron más de 300 civiles en el 55 para apropiarse del poder eran "libertadores". Quienes esgrimen las consignas de "institucionalidad", "republicanismo", "constitucionalidad" lo hacen solo como consignas contra otros. Para ellos son solo una cáscara vacía.
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