lunes, 23 de junio de 2008

Eduardo Calamaro (padre de Andrés y Javier), Kirchner y el Industrialismo


El siguiente reportaje al padre de Andrés y Javier Calamaro salió en el Diario La Capital en el peor momento del conflicto agrario. Como en medio de esa vorágine lo pasé practicamente por alto, aprovecho hoy, ya más tranquilo, a releerlo y compartirlo por lo interesante y porque desconocía la historia y el pensamiento de este hombre.



Eduardo Calamaro: "Kirchner fue industrialista y sirvió para salir de la crisis que sufrimos"

Periodista, abogado, escritor, materia gris del desarrollismo y gran conocedor de Arturo Frondizi, Eduardo Calamaro ha publicado numerosos libros buscando dar con las plagas —y las claves— que postraron a la Argentina.

Con una frondosidad intelectual poco común, Calamaro (padre de los músicos Andrés y Javier), a los 92 años reivindica al desarrollismo, bucea en las claves del pensamiento nacional, avala a Néstor Kirchner y apunta a "la clase dominante por el reparto del ingreso nacional y la globalización, representada por los grandes productores de granos contra el gobierno".

—¿Quién y cómo era Frondizi?
Frondizi y sus colaboradores sirvieron a la estructuración del país, con la integración creciente de sus regiones y el Estado, en una Nación que todavía está subdesarrollada; falta mucho, pero se podrá desarrollar. Como en ajedrez, la partida está ganada: falta jugarla. Conocí a Frondizi en 1942 cuando era presidente de la Liga por los Derechos del Hombre y me invitó a colaborar en la defensa de presos políticos y sociales. Era un político radical de la llamada intransigencia por su oposición a las autoridades partidarias y a su intransigencia interesada con los gobiernos fraudulentos de los años 30 y 40. Algunos le sumaban el rechazo de la hegemonía británica y denunciaban a sus ferrocarriles y frigoríficos o al Banco Central, que nos habían organizado a su gusto, siguiendo tal vez las denuncias que, fuera del partido, habían emprendido Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, Luis Dellepiane, Homero Manzi y otros radicales jóvenes en Forja. Nunca supe que tergiversara los hechos ni que difamara a los autores como tantas veces lo hicieron políticos y periodistas opositores a los "estadistas" citados, a Yrigoyen, al tribuno Lisandro de la Torre y después a él, Frondizi, excitando la opinión pública contra ese Maquiavelo de tratos misteriosos con su "eminencia gris" que representaba "el verdadero poder detrás del trono" y favorecía pingües intereses foráneos: los mismos que había denunciado cuando estaba en el llano. Había que pactar el apoyo electoral del peronismo, interdicto por la dictadura, devolverle sus derechos, unificar las tres centrales sindicales, que eran peronistas, agrupaban a millones de afiliados y ejercían mucho poder. Así pudo ganar la Presidencia y aplicar el programa; lo completó autorizando la participación de candidatos peronistas en las elecciones de 1962, fue derrocado y confinado por un golpe cívico-militar de los treinta y dos que lo acosaron. Cuando salió en libertad, con un tumor en la columna, lo fui a visitar. Después transformó la UCR Intransigente en el MID. Con el MID tuvimos gobernadores como Sylvestre Begnis en Santa Fe y legisladores.

—¿Por qué el desarrollismo, más allá del sello MID, nunca pudo reinsertarse electoralmente como una fuerza de peso teniendo en cuenta todo lo bueno de la gestión Frondizi?
—Porque preconizamos la citada alianza de clases y sectores del movimiento nacional encabezado por el justicialismo, con nacionalistas, radicales, marxistas, socialistas, eclesiásticos y militares industrialistas que llegaron a publicar la revista "Estrategia".

—En uno de sus libros, "Historia de una traición argentina", refiere a José Martínez de Hoz como uno de los hacedores de "la maldición política". ¿No fue un aplicado alumno de sectores económicos que siguieron dejando huellas hasta, por ejemplo, provocar un golpe de mercado en el 83 que anticipó la caída de Raúl Alfonsín?
—Eso de la "maldición política" fue el subtítulo de mi libro, encargado por el departamento comercial de la editorial: yo no lo escribí ni es mi lenguaje. Martínez de Hoz fue el ministro de Economía escogido por la Junta de la dictadura que implantó la política económica antiindustrial importadora causante de la recesión que se prolongó y agravó por las presidencias de Menem y De la Rúa, bajo la aparente influencia del Consenso de Washington, el FMI y la globalización unilateral. Mediante muchos esfuerzos, fallas y contradicciones, las fuerzas productivas del país lograron superar la crisis, ganando el apoyo de los últimos gobiernos. Las instituciones son atrasadas, como la sociedad, la economía y la política, pero hace 25 años que rige la legalidad del Estado constitucional y su federalismo, también en las condiciones del subdesarrollo, la relación de fuerzas en pugna y el proceso internacional de la globalización, el conservadurismo de gobiernos, votantes, hasta de grandes instituciones religiosas, fuerzas armadas e ideólogos.

—Nació en el 76 lo que usted denomina "la cultura del mal", o eso tuvo su origen durante el lopezrreguismo, antes de la dictadura?
—El trato de la cultura del mal es tema final de mi libro en terminación, "La lucha por el poder cultural", y cubre los últimos años. Es tan antigua como la necesidad de sobrevivir y los deseos de mejorar. Cultura del mal es violencia, engaño, golpismo, desapariciones, injusticias, prostitución, narcotráfico, corrupción, violaciones, asaltos, torturas y sus técnicas. Enseñanzas, instrumentos, organizaciones y personajes, que también son productos de la cultura real.

—Se dice que el peronismo es "el poder". Carlos Menem cooptó a la derecha. Con un velo inicial más progre, Kirchner partió a la UCR, desflecó al ARI e intenta quebrar al socialismo. ¿Será el PJ eso que dijo el dirigente del PRI mexicano Luis Echeverría: "No somos de izquierda ni de derecha, sino todo lo contrario"?
—No lo creo. Desde 1975 la crisis nacional ahora superada retrasó el crecimiento del país: apertura económica, recesión, neoliberalismo, importaciones descontroladas, cierre de decenas de miles de industrias y de los servicios correspondientes, desocupación, aumento de la pobreza y la indigencia al 56 por ciento de la población, hambre, chiquitos criollos muriéndose filmados por la televisión, dictaduras, terror de Estado, renuncias de los presidentes radicales y sus sucesores hasta 2002. En julio comenzó la recuperación económica, apoyada por los gobiernos de Duhalde y Kirchner. Pero la crisis política prosiguió. La crisis de los partidos prosigue; no es una maniobra del nuevo Maquiavelo y eminencia gris que denuncia el periodismo comercial, sino del atraso y la división de la clase dominante por el reparto del ingreso nacional y la globalización, representada por los grandes productores de granos contra el gobierno, que defiende a los chacareros y ganaderos chicos, que suman, la gran mayoría, el 80 por ciento.

—¿El pacto entre Frondizi y Perón no fue también una especie de abrazo del oso?
—Tampoco. En el nivel actual de la cultura política, conviene a los interesados figurar públicamente y ser conocidos. En las relaciones del desarrollismo con el peronismo, el MID ha perdido esa publicidad: es menos conocido.

—¿La concepción kirchnerista o, para ser más preciso, de Néstor Kirchner, respecto a la economía incuba una apuesta al industrialismo?
—Kirchner ha sido industrialista consecuente y sirvió al crecimiento de la industria, la agricultura, la ganadería, la minería, la exportación, la independencia económica y la salida de la crisis. Dos veces leí que se decía desarrollista: en su primer mensaje del 25 de mayo de 2003 al asumir el Ejecutivo y en un discurso ulterior. Supongo que no pudo, que la crisis era tan grave que absorbió las posibilidades de su gobierno y, sobre todo, de las fuerzas económicas, gremiales, políticas e institucionales que han sido incapaces de acordar un programa nacional y mantenerse unidas para aplicarlo. Son también atrasadas porque forman parte del país atrasado. todavía hay desocupación y desnutrición. Los de arriba son los peores, ya lo dijo Martín Fierro en 1872. En 2008 considero que la cultura está subdesarrollada; aunque cada clase y sector la comparta con distintas variantes. Subsistirán injusticias, corruptos, reaccionarios, criminales, necesitados, ignorantes y se seguirá mejorando sin anestesia.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Si por industrialista se entiende estar al servicio del lobby de la Union Industrial Argentina, Kirchner fue "industrialista", un "capitalismo de amigos" de lo peor favoreciendo a Eskenazi, el Grupo Techint, etc.

Rob Rufino dijo...

Entiendo por Políticas Industrialistas a las que permiten el crecimiento de un sector vital para la generación de empleo.

En ese sentido se puede afirmar que el modelo en vigencia tiene "perfil industrialista".

Los números de crecimiento de la Producción Industrial avalan esta conclusión.

Anónimo dijo...

Claro que "los numeros" avalan tu conclusion. Eso es lo que repite la "izquierda caviar". Pero a que costo?

Rob Rufino dijo...

Me gustó eso de la "izquierda caviar"...

Chiclana dijo...

Los números avalan que la única politica existente dió resultados, la devalueta. Y no es politica de Kirchner