viernes, 11 de julio de 2008

LAS DOS CARAS DE UN MISMO PAIS (2)

Israel es una etnocracia militarizada

Entrevista con Meir Margalit, defensor israelí de los Derechos Humanos

Meir Margalit, coordinador del Comité Israelí Contra la Demolición de Casas (ICAHD, en inglés), nació en Buenos Aires en 1952. Tras recibir una educación sionista, parte para Israel en 1972, se enrola en el ejército y es uno de los fundadores del asentamiento de Netzarim, en Gaza. En 1973 es herido en la guerra del Iom Kipur y comienza un proceso personal que le llevará a militar en grupos de defensa de los derechos humanos. El ICAHD ha recibido varios premios internacionales por su trabajo.

Pregunta: ¿Qué ocurre en Israel con el tema de las demoliciones de casas?
Respuesta: Israel niega el derecho de construir nuevas viviendas o de ampliar las ya existentes a los palestinos. Esto obliga a las familias palestinas, que crecen rápidamente, a construir de manera ilegal. Cada año se construyen 1000 nuevas viviendas sin permiso sólo en Jerusalén Este, de las cuales Israel demuele unas cien. En Cisjordania se echan abajo unas 300 casas por año y en Israel entre 750 y 800 casas, la gran mayoría de beduinos (indígenas nómadas del desierto) o de árabes israelíes.

P: ¿Cuál es el motivo de que no se den permisos de construcción a los palestinos?
R: El control demográfico de la población. En el caso de Jerusalén, Israel tiene pánico de que en tan sólo diez años los palestinos lleguen a convertirse en mayoría y ganen unas elecciones a la alcaldía. Lo que se persigue es “convencer” a los palestinos de que en Jerusalén no podrán tener casa, no encontrarán trabajo y que, por lo tanto, es mejor que se marchen.

P: Pero eso no suele ocurrir.
R: No. Los palestinos no quieren perder su tierra, como es normal, así que, con o sin permiso, construyen igual. En Jerusalén Este hay 22 mil casas sin permisos, y sobre la mayoría de ellas pende una orden de demolición, que no prescribe nunca.

P: Esta situación contrasta con el imparable crecimiento de los asentamientos israelíes alrededor de Jerusalén...
R: Son las dos caras de una misma moneda. El objetivo es el mismo, convertir Jerusalén en una ciudad judía.

P: ¿Cuál es el papel de las cortes de Justicia? ¿Pueden confiar en ellas?
R: Desafortunadamente, cada día estamos más desilusionados con el sistema judicial en Israel. Los tribunales han aprobado todas las violaciones a los derechos humanos que se han producido. Se sigue la política de que todo cuanto tenga que ver con la seguridad del estado está permitido. El ejército se aprovecha de esta situación para obtener de los tribunales aquello que desean. Sólo es necesario que un militar de alto rango comparezca ante un tribunal diciendo que se trata de un asunto de seguridad nacional para que todo quede paralizado. Por desgracia, los jueces no tienen el valor de enfrentarse al ejército, o al menos de exigirles que prueben sus afirmaciones.

P: Visto el poder del ejército, ¿podría decirse que Israel es una democracia militarizada?
R: Israel es una etnocracia militarizada. Los hebreos disfrutamos de una cierta democracia mientras que los árabes sufren todo tipo de abusos en sus derechos humanos. Israel es una democracia sólo para judíos.

P: ¿Ven ustedes alguna perspectiva de cambio a corto plazo?
R: El ejército quedó muy desprestigiado después de la última guerra en Líbano (2006). Por primera vez, muchos israelíes se han dado cuenta de que no somos el superman de Oriente Medio y que no vamos a poder solucionarlo todo con la fuerza. Además, mucha gente ya no ve a la institución como el “ejército del pueblo”, sino como una milicia cada vez más en manos de los colonos, que representan al sector más extremista de nuestra sociedad. Los colonos llevan años copando puestos cada vez más altos en la cadena de mando del ejército.

P: ¿Cómo ven el actual proceso de paz con los palestinos? ¿Creen que tiene probabilidades de éxito?
R: Después de ver cómo nos retiramos de Gaza, soy moderadamente optimista. Podemos hacer lo mismo en Cisjordania. La solución de dos estados aún es posible. Si la comunidad internacional se involucra a fondo, como hicieran en Bosnia o Sudáfrica, sería posible cambiar el curso de los acontecimientos.

P: Ahora que menciona a Sudáfrica, ¿cree que es comparable la política del Apartheid con la que practica Israel hacia los palestinos?
R: Si tengo que responder como académico diría que no, ya que las situaciones no son comparables, pero políticamente el símil tiene mucha fuerza. Es innegable que aquí se practica una política de discriminación muy grande hacia los árabes.


Pere Maruny 11/07/2008


Fuente: www.fotoyperiodismo.com

6 comentarios:

Rob Rufino dijo...

Cholo, Pere

Excelentes los aportes.

Particularmente creo que son dos caras de una misma moneda: "La demonización de aquello que no conocemos" entendido como el rechazo a las diferencias.

Pero, bueno, que se puede esperar de un país que tiene opinadores argentinos? ;-)


Abrazo.

ella tambien dijo...

me provoca más que nada miedo un estado al servicio de una etnia exclusiva, una locura. un grande margalit, como barenboim.
interesante la nota!
gracias por lo de allá.
saludos

cholo dijo...

Parece ser que alli donde haya dos argentinos habra un desacuerdo.
Mas alla de la anecdota,a mi Israel me hace pensar en la Grecia antigua.Una sociedad democratica de hombres libres oprimiendo esclavos.Quizas no estemos hechos para la libertad.Pero habra que seguir intentandolo,sino para que joraca vivimos.Para juntar dinero?
Abrazos

Anónimo dijo...

El dinero te hace libre.

cholo dijo...

Anónimo,pensar que el dinero te hace libre te convierte en el peor de los esclavos,el esclavo satisfecho

Anónimo dijo...

Israel es la unica democracia en el Medio Oriente.
Adonde mas hay diputados de otras etnias, como los diputados arabes que hay en el Knesset? Cual otra democracia hay en el Medio Oriente? Siria? Jordania? Egipto?
Arabia Saudita? Quatar? Kuwait? Emiratos Arabes Unidos?
"Cuando los arabes quieran mas a su hijos que el odio que le tienen a los judios, habra llegado la paz al Medio Oriente" Golda Meir.