Los guerreros están apostados a ambos lados de la valla.
Ninguno se mira, ninguno menos dos.
Todos gritan, todos oyen pero nadie se escucha, nadie menos dos.
Todos temen el cuerpo a cuerpo, el olor a hierba seca del otro, el miedo y el sudor, todos menos dos.
Todos tienen un motivo para la lucha, una razón, todos menos dos.
Todos se cubren la cara con fango, se camuflan, se ocultan, todos menos dos.
Comienza la batalla y todos muerden como fieras, todos menos dos.
De la humedad de la sangre nace una niebla oscura y espesa, todos la maldicen, todos menos dos.
Todos los que quedan se repliegan tras sus lineas, todos menos dos.
Todos aman su coraje y su honor, orgullosos de sus fuerzas, todos menos dos.
Esos dos dejaron sus lanzas contra un roble, se miraron, se escucharon, se olieron, no tuvieron miedo de sus cuerpos, no tenían razón para pelear, no se replegaron ni se camuflaron.
Esos dos se ocultaron en la niebla, se entregaron cuerpo a cuerpo, se besaron, se mordieron con los labios, se esperaron, se encontraron, borraron los viejos caminos con sus manos.
Esos dos, con coraje, con orgullo y con honor, se quedaron en el bosque a morir de amor.
Cuento Gayrrero
5 comentarios:
Hola Cholo! Realmente tus escritos son geniales, uno mejor que otro. Además, pareces muy romántico...
Decime, "esos dos existen", los conoces?
Excelente historia, cuando de amor se trata...
Me gusto esta historia de guerra, amor y sexo, una combinación letal.
Buen relato y muy intenso todo lo que se pudo desarrollar en el campo de batalla.
Saludos
Ya veo venir el comentario de aquel que supo dormir acompañado en mendoza..
Gracias,guerreros
el valor de esos dos hacen que la diferencia de esa resta sea un número negativo.
dejar el bosque habría sido la derrota.
besos!
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