La campaña para atraer a la clase media

Ciertos politólogos y encuestadores, en su afán para que el gobierno deje sus consignas que más le han dado resultado como la AUH, el juicio y castigo y la ley de medios, que es lo que verdaderamente aterroriza a ciertos acompañantes del proceso, digo acompañantes porque no dudaron en poner sus fichas en los que pidieron juzgamiento a Cristina allá en el último verano, como tampoco dudaron en salir a defender a delincuentes espías en algún ministerio, o peor al empleador del espía, nos llaman a cautivar a una desdibujada clase media.

La pregunta inicial que habría que hacerse es a que clase media acudir, a la que pasó rápido de la cacerola al plasma y de vuelta a la cacerola biolcatiana o a otra clase media, que sabe que su forma de no caer en el pantano es siguiendo los procesos populares. No digo que la clase media termine en esas 2 divisiones ya que es mucho más amplia, pero son las dos más identificadas.

Si hacemos caso al primer segmento de la clase media, abandonemos todas las consignas y vayamos a votar juntos a Ricardito y a Gil Lavedra, que en la primera de cambio te firma un estado de sitio y termina el país incendiado como en las dos épocas que fueron gobierno. Si querer sumar a ese sector de clase media es abandonar la crítica y dejar que los Marianos Grondona, los Pepe Eliaschev, los Leucos te sigan cacheteando sin contestar, mejor dedicarse a coleccionar chocolatines Jack, que los fabrica Ricardo Fort, ¿viste?

Si queremos en realidad ganar, pero ganar en serio, tenemos que seguir avanzando, escribir una columnita en Perfil, es darle de comer al monstruo que queremos combatir y someterte al escarnio de sus descerebrados comentaristas, salvo una que otra excepción. Sentarse ante el neomajulanismo de Tenembaum y hacerse el simpático tampoco sirve, porque no llamás la atención de nadie, excepto la del propio Tenembaum para que te de unas palmaditas en la espalda.

Seguir en el camino nos asegura ese segundo segmento de clase media invisibilizada por los grandes medios, pero que está y existe, y quizás sea más importante que los que llaman exaltados a algún programa de radio a la mañana. Si seguimos la agenda de los grandes medios vamos a volver a invisibilizarla, caso contrario de lo que hizo 6-7-8, que la hizo visible y fíjense si no dio resultado. Resultado que molesta tanto que no hay medio y bloguero que no se haya ocupado de este fenómeno.

Que hay cosas que arreglar, miles, como que no, pero querer sumar al primer sector de clase media, es una traición sin precedentes, porque lo que están pidiendo es que nos caguemos en la negritud de este rico proceso, negritud que hizo posible disputarle el privilegio a los poderosos, y para hacer un país cada vez más igualitario y no menos, como la que postulan algunos, sino lean esta párrafo de esta linda carta de lectores del diario La Capital:

“Cristina…piensa que con … las asignaciones familiares ayuda a combatir la pobreza… que lo único que está logrando es fomentar la vagancia y traer más niños al mundo, puesto que lo único que ha logrado es que muchas mujeres piensen en quedar embarazadas para que les paguen dicho dinero sin importarles si sus hijos comen o tratan de sobrevivir”