La encuesta de Maurizio en Rosario

El que suscribe, cronista de este diario que hace poco recuperó el uso de su celular, atendió el lunes la llamada desde el “número desconocido” que anunciaba la ventanita de cuarzo. “Buenas tardes, estamos haciendo una encuesta sobre la intención de voto nacional”, articuló una voz sin dudas grabada. “Si usted desea votar por Mauricio Macri digite Uno, si desea votar por Elisa Carrió digite Dos…”, recorría el espinel de precandidatos el enunciador autómata. El escribiente de El Ciudadano siguió el juego, esperó hasta escuchar nombre y número deseados y apretó la tecla correspondiente. “Usted ha votado por Mauricio Macri, gracias por participar de la encuesta”, espetó de inmediato el anónimo interlocutor. Y se retiró impávido de la línea sin escuchar el merecido improperio que le dirigió este circunstancial escucha, porque esa no había sido la opción que había marcado. Al interpelado lo invadió la sospecha de un error propio. “La edad me está pasando factura, la sinapsis neuronal hizo cortocircuito, me tembló la mano, el cerebro ya no es capaz de ordenarle qué hacer a un insignificante dedo”, temió. Pero enseguida corroboró, para su tranquilidad y gracias a una simple observación de la pantalla de su celular, que no había puesto el índice precisamente en la tecla “uno” con la que el diseñador del relevamiento colocó en “pool position” al líder del PRO.

Este trabajador de medios no quiso tentarse con prejuicios que desmerecen el oficio. Entonces imaginó posibles escenarios con análogo formato de múltiple choise: “Digite Uno si cree que fue un error de programación, digite Dos si considera que fue una falla aislada del sondeo…”. Pero al llegar a su casa escuchó el relato de un incidente similar. Y fue entonces que se convenció de incluir la opción “Digite Cuatro si cree que esto es un curro”.

Es que, lo anoticiaron, una sobrina del mismo escriba fue interpelada por el sondeo de marras con análogo epílogo. Aunque muy joven, ella no integra la camada etaria que comienza a reconciliarse con “la política” y, descreída, tal vez resuene aún en su cabeza la consigna del “Que se vayan todos” lanzada en 2001. Con esa respetable aunque no compartida postura, y ante la falta de opción para expresar su voluntad de no votar “a nadie”, apretó el dígito que –con inobjetable criterio– consideró que correspondía: el “Cero”. Y otra vez la respuesta del señor consultor, del otro lado del celular, ignoró olímpicamente el deseo: “Usted ha votado por Mauricio Macri, gracias por participar de la encuesta”.

Los que no querían bien al Peludo insistían en que a Hipólito Yrigoyen sus seguidores le editaban un diario ad hoc que reflejaba una "actualidad" sin grandes sobresaltos, pero ajena a una realidad nacional mucho menos grata. ¿A Macri también le venderán la “Encuesta de Mauricio”? Esa es la opción Uno, en realidad. Con una pizca de malicia habría que agregar, al menos, la siguiente: “Si cree que el jefe de Gobierno porteño ordena sondeos que sí o sí lo posicionen como favorito para la sucesión en la Casa Rosada, digite Dos”.

Por Claudio de Moya (Periodista de Radio Universidad y Diario El Ciudadano)