sábado, 6 de agosto de 2011


Desde anoche, que vi el reportaje que Felipe Pigna le hizo al Juanca Baglietto, vienen a mi imágenes y sonidos, viejos flashes perdidos en la memoria de una época con demasiado olor a sangre.

Cómo olvidarse de esos recitales a pulmón, donde el Juanca, Fito, Acalanto, Ethel Koffman, Myriam Cubelos, Abonizzio, Fandermole (loco divino que hoy regala su arte en las escuelas), Juancho Perone, Goldin, el Lalo, el Pichi, el Topo Carbone, Silvina Garré, Pablo el Enterrador y tantos otros locos lindos que se juntaban para llenar de luz esta catacumba en la que nos habían convertido los hijos de puta de siempre.

Cómo olvidarme, incluso, de quien escribió esta, una de las canciones más lindas del rock nacional. Porque a vos Rafael, aunque hayas resbalado como chorizo en bandeja más de una vez, siempre te estaremos agradecidos por habernos regalado esa obra de arte.

Y hoy, con un lagrimón en el ojo, quiero brindar por ellos, por lo que fuimos, por nuestros sueños, por esas tardes de rock, porque tuvieron la valentía de regalarnos una primavera en medio de ese crudo invierno.

3 comentarios:

cholo dijo...

Que lindas son estas palabras.Brindemos.
Gracias Rob por colgar esto.
Abrazos

Paola dijo...

Y una siente a pesar de todo, una especie de envidia, de no haber vivido eso...

Anónimo dijo...

Gracias por este recuerdo al Juanca lo vi pelotear frente a la cancha "en la cortada"y tocar en el viejo y querido Internacional con el uniforme de Boneo.