Luego de la inundación en Santa Fe de 2003, aparecieron en la ciudad y zona, los reclamos, las demandas; comenzó a surgir la necesidad de que los responsables se hagan cargo de lo que les corresponde, y paralelamente, la movilización social abordó la cuestión de tener formas mas concretas para canalizar tanta angustia, tanta rabia.
Había informaciones muy concretas de que el agua se venía. El río siempre te anuncia su llegada. Según crónicas periodísticas, desde comienzos del mes de marzo -unos 45 días antes de la inundación- se podía ver que el comportamiento del río Salado no era el habitual. Grandes masas de agua bajaban hacia su desembocadura (lugar donde esta ubicada Santa Fe), y los terraplenes de defensa de la ciudad, si bien aparecían como insuperables, estaban incompletos.
Eran una de las obras máximas del gobernador Reutemann, orgullo de su gestión anterior y referencia indudable para su propaganda política.
Carlos del Frade sostenía que "... desde el jueves pasado (por el 24 de abril de 2003) se advertía que una masa hídrica de enorme densidad avanzaba hacia la ciudad. Había ttiempo suficiente para reforzar las defensas y hasta poner en marcha un programa de evacuaciones preventivas que habría evitado esta situación que viven los damnificados”.
El lunes 28 siguieron las advertencias, e inclusive, el mismo martes 29, se solicitó a la repartición municipal correspondiente la elaboración de un mapa de cotas, mostrando hasta donde efectivamente llegaría el agua. Pero ya era tarde: antes de media mañana, el agua irrumpió en la ciudad, desbordando todas las defensas realizadas por los vecinos e inundó todo el cordón oeste de la ciudad, lugar donde se asientan los barrios populares. En cuestión de pocas horas quedaron totalmente anegados, con 2 o
Resultó que las tan mentadas obras de defensa del “gran elector Reutemann” (Maronna dixit), en lugar de servir de protección justamente, hacían de dique, evitando que el agua escurriera.
En cuestión de pocas horas, casi un tercio de la ciudad estuvo anegada y mas de 130.000 personas (en una ciudad de poco menos de 500.000 habitantes) se vio afectada directamente. No menos de 15 escuelas han sido literalmente arrasados.
Pero junto a eso está la ruina de miles y miles de santafesinos que vieron como sus casas, construidas con esfuerzo, con sacrificio, con tesón, eran virtualmente arrasadas por el agua. Miles de pobladores de los barrios más sufridos y humildes han perdido todo, absolutamente todo; no solo que se les ha privado sus pocos bienes materiales, sino que también perdieron su historia.. Y eso es criminal.
Aun no se sabe a ciencia cierta el número de las víctimas fatales. En los Centros de Evacuados cada historia era desazón y muerte.
Aparecieron los voluntarios, Estudiantes universitarios y secundarios, militantes de las organizaciones políticas de izquierda y de derechos humanos, los docentes, de clubes populares estuvieron en la primera línea para emprender las tareas de socorro y solidaridad.
El gobierno de Reutemann y su socio municipal se escondieron en su propio fracaso, su ineptitud, inoperancia, desidia, negligencia, imprevisión, incapacidad e insensibilidad de que no estaban en condiciones de responder ante la masa de agua que llegaba desde el norte, que al menos debió dar la voz de alerta a la población para que se evacuara, aunque sea por sus propios medios. Pero no se hizo nada.
La buena noticia
Hoy el juez de Instrucción Penal de
Los Imputados
- El ex intendente municipal, Marcelo Álvarez.
- El ex ministro de Obras Públicas, Edgardo Berli,
- El ex director de Hidráulica, Ricardo Fratti,
Estos fueron imputados por el delito de "estrago culposo agravado por la muerte de 18 personas'' durante las inundaciones de 2003.
Todavía esperamos que
Hasta el momento esta noticia no fue publicada ni comentadas por los medios “independientes” de nuestra zona:
Fuentes:
http://www.ecoportal.net/content/view/full/21257
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