Cada segundo solo
lo llenaba de palabras.
Cada instante
encadenado a esas palabras
eran llaves de libertad.
Cada hora en silencio
mil minutos de anhelar.
Cada día tenía un nombre
travesía exagerada a la verdad.
Cada semana se acortaba
siete días,nada más.
Cada mes se deslizaba
con las ruedas de esperar.
Cada desvelo del sueño
fue vigilia de ansiedad.
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