En Uruguay hay un intento de captura de la renta extraordinaria por parte del Estado. Lo capturado a los sectores más retrógrados de la economía del país hermano irán a parar a obras de infraestructura que usarán todos los uruguayos.
Ante la queja de los dueños La Nazión nos informa: "¡Son chirolas! (el aumento tributario), no es nada abusivo, se pasan llorando por los impuestos, uno pide poco? al final voy a tener que hacer como éstos (por los argentinos) y poner retenciones de 300%", dijo. Cuando expresó esa frase, caminaba cerca del diputado argentino Fernando Iglesias, de la Coalición Cívica, que tocando el brazo del presidente le comentó: "¡No! Por favor señor presidente, no haga eso, que nuestro país lo hizo y mire cómo nos fue".
¿O no leyeron la noticia de hoy aparecida en el diario La Capital de Rosario, que debido a las insignificantes ganancias los hombres se ven obligado a tener trabajo esclavo?
Santiago: guardias armados impiden una inspección de la Afip por trabajo esclavo
El delegado del Ministerio de Trabajo en Santiago del Estero, Alejandro Ducca, presentó una denuncia penal ante la justicia federal por explotación a centenares de peones rurales estacionales y aseguró que guardias armados impidieron que el lugar fuera inspeccionado por la cartera laboral y por la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).
“Dormían y comían en el suelo, sin la mínima protección contra el clima o animales. Los alimentos eran vendidos por los empleadores a precios exhorbitantes, una bolsa de harina que cuesta 25 pesos se las cobraban 100 pesos; les daban dos kilos de carne cada cuatro días y como no tenían ninguna forma de conservación, se pudría”, detalla el escrito enviado al juez federal.
A los peones, contratados para desmontar el campo y luego proceder a la siembra de soja, y en menor medida maíz y sorgo, les vendían las herramientas de trabajo –palas, hachas y machetes– a mucho mayor precio de lo que corresponde, según denunciaron.
Ducca presentó pruebas documentales y fotos que acompañan la denuncia: “Los peones se encuentran en estado de abandono, hacinados en carpas construidas de manera improvisada, calzadas en troncos y con techos de plásticos o lonas, precarias”, precisó.
“El abastecimiento de agua es esporádico y no es apta para consumo humano. Los obreros duermen en colchones en pésimo estado, en el suelo, expuestos a picaduras de animales venenosos, rodeados por monte y malezas. Se autoabastecen de alimentos y los cocinan a fuego de leña, y están en permanente contacto con bidones de plaguicida a los que usan para sentarse”, añadió.
